El obturador y el diafragma son los mecanismos de la cámara encargados de regular la cantidad de luz que llega a la película, ambos trabajan juntos.
La función del obturador es controlar el tiempo durante el cual la luz actúa sobre la película fotográfica.
El diafragma es el que controla la cantidad de luz que atraviesa el objetivo y determina la extensión de la profundidad del campo.
Aquí os dejamos algunos ejemplos de como el diafragma además de controlar la iluminación, gradúa la profundidad de campo de la foto.
El valor de exposición no es una combinación de diafragma y velocidad, sino una serie de combinaciones, la elección de una u otra combinación es la principal tarea del fotógrafo al efectuar la toma.
Las velocidades elevadas implican diafragmas muy abiertos y por tanto poca profundidad de campo; las velocidades lentas consiguen gran profundidad de campo, todo esto está condicionado por la luminosidad de la escena y la rapidez de la película que utilicemos.
Nosotras hemos realizado un ejercicio para poner en práctica estos conceptos mediante el simulador fotográfico de photonhead.
Con un diafragma grande y una apertura media creamos una foto oscurecida.
Con un diafragma medio y una apertura grande creamos una foto quemada y sin profundidad de campo.
Con un diafragma medio y una apertura pequeña creamos una foto bastante parecida a la original pero con la profundidad de campo poco nítida.
Gracias a este simulador podemos observar el cambio de claridad, oscuridad y borrosidad que se genera en la imagen, producido por los cambios en obturador y diafragma.